Entrevistado

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Daniel Aragonés, autor de ‘Tres ochos//88,8’, entrevistado por Ana Encinas.

“Marcamos un nuevo comienzo y el punto de partida es el desengaño”


Daniel Aragonés que se define como “polifacético desde temprana edad”, se expresa a través de la literatura y la música. Tras su primera novela 'Basura no compartida' (Alfasur, 2012), publica ahora ‘Tres ochos//8,88’ en colaboración con Carlos Rodón, encargado de las ilustraciones.  En palabras de Aragonés, Rodón “ha bordado esa visión apocalíptica que viaja entre las estrofas de ‘Tres ochos//88,8’. Ha creado la atmósfera perfecta. Sus imágenes son la otra mitad del viaje”.

¿Desde cuándo empiezas a plasmar tus reflexiones en papel y cómo tomas la decisión de publicarlos?
De niño llenaba cuadernos con palabras y dibujos, garabatos, frases sueltas, emociones sin identificar. Luego, a través de la música, empezaron a cobrar sentido. Después apareció Sonia [su pareja] y me animó a sacar los poemas y la prosa -llamémosles pensamientos irreverentes- a la calle. Ahora sólo sé que no puedo parar, lo hago por necesidad. Me gusta escribir y aprender.

¿Cómo es tu proceso de escritura?
Suelo ponerme música y relajarme. Casi siempre por la tarde y hasta que llega la noche. Frente al ordenador. Una buena cerveza suele ayudar. El resto acude solo. A veces me dejo socorrer por los cuadernos de batalla, esos lienzos que recogen las emociones y las encierran entre frases. La música siempre es el hilo conductor, el canal, la droga. Pero no siempre es así, las musas son caprichosas…

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Has definido Tres ochos como “recopilatorio de pensamientos irreverentes”, ¿es esa irreverencia una crítica o una defensa frente a la sociedad?
Las dos cosas. Al principio era una crítica compartida con colegas. La irreverencia era una forma de vida. Con el tiempo, esas ideas críticas e irreverentes que compartía sin prestar atención a las consecuencias, se volvieron contra mí. Es difícil vivir en el interior de un problema pensando de la manera en que lo hago. Me defiendo de lo vulgar, de la mediocridad, de los mediocres y de la sinrazón que nos gobierna. Y así lo plasmo, como un ataque defensivo.

¿Qué tipo de literatura te inspira?
Me inspira mucho Bukowski, el que más. De todas formas, soy bastante raro leyendo, no me dejo atrapar fácilmente. Los personajes atormentados son mi pasión. Me atrae la sangre, las historias tristes y los momentos ácidos cargados de humor. Soy más lector de autores que de géneros. Busco hasta encontrar.
Con la poesía soy distinto. Siempre estoy leyendo poesía, de todo tipo. En cuanto selecciono un buen poemario lo devoro, desgrano las emociones y me baño en ellas. Leer poesía es especial, sobre todo si conectas líricamente con el mensaje. Leer un buen poema alimenta el alma.

88,8 destila un tono muy personal y un estilo reconocible ¿consideras adecuado hablar de ‘nueva generación poética’ desencantada y visceral?
Existe la generación del desencanto, y está plagada de visceralidad. Esta época está marcando un nuevo comienzo, y el punto de partida está siendo el desengaño. La suma de factores grita sin parar.

¿Qué parte del libro te resultó más difícil escribir?
Ninguna. Lo he sudado a partes iguales.

¿Qué te has dejado fuera de 88,8?
Muchas cosas que no conocía.

Expresa Alejandro Castroguer en el epílogo que tu poesía es difícil de digerir. ¿Es nuestra realidad tan apocalíptica?
Todo depende del ángulo de visión, y el mío muestra una realidad muy dañada. Igual soy raro, no sé. Debe ser que mis ojos se clavan en los rincones más oscuros y tétricos. Veo una realidad lóbrega, terrorífica y repleta de carroñeros. No puedo dar la espalda a la realidad, veo lo que veo, siento lo que siento. Y así lo expreso. ¿Se puede escapar? SÍ.



Los+Mejores

Prácticamente no existen escritores que toquen en grupos, pero en cambio sí comienzan a aparecer tímidamente algunos músicos que escriben… e incluso publican. ¿En tu caso cómo ha sido el proceso? -Supongo que todo nació de la necesidad por contar cosas, en especial sentimientos y emociones, no sé. He escrito en diferentes etapas de mi vida, desde la niñez hasta ahora, que no lo voy a llamar madurez, sería una desfachatez, ja, ja… El caso es que, a partir de un día, sin saber por qué, me dio por dar un paso más allá. Estudié, leí, seguí varios consejos importantes y empecé a publicar, primero en los discos de Opium Relax y después en papel. Y lo mejor vino cuando Alfasur decidió publicar ‘Basura no compartida’. He tenido suerte, he salido a buscar y conseguir. Llamo a las puertas una y otra vez, a mi manera, no me canso de intentar y hacer. Al final las puertas se abren, para bien o para mal, pero se abren.




Has escrito tres poemarios y ahora esta novela. ¿Tienes intención de desarrollar una carrera profesional en el mundo de la literatura o es sólo una forma más de expresarte? -Siempre persigo horizontes lejanos, no te voy a mentir. Aunque, por otro lado, la escritura es una necesidad, un placer, un vicio. Es un todo. La idea de ser un escritor con trabajos importantes me atrae, y no lo digo por la fama personal, que no soy nada populista; lo digo por las obras que pueda dejar para la eternidad. ¡Qué asco doy, coño!, je, je... Me parece un concepto interesante, hacer algo que te gusta e intentar vivir de ello. Me siento escritor.

El término “novela negra” se queda pequeño para ‘Basura no compartida’, donde además también hay mucho influjo del cine gore, el impacto visual de las películas de Tarantino y hasta un wéstern policiaco. ¿A qué género corresponde en realidad? -Según un gafapasta que conozco, esta novela pertenece al género Pulp. Por mi parte, discrepo bastante, pero hay que contarlo todo.



Mantienes un blog literario con relatos cortos, poesías y todo tipo de espasmos creativos. ¿Qué nos recomiendas de él? -Sobre todo recomiendo entrar en sus páginas algo borracho, drogado o en estado de trance intenso, siempre de noche y antes de dormir. El blog en un cachito de mi cerebro, de lo que pienso, de lo que diría entre líneas. No sé, es posible que os guste. Es oscuro, hay sangre. Mis poemas son jodidos, no hablo de flores -casi nunca-. Mucha ironía, infinidad de metáforas y actualidad emocional.



El Globo Sonda 


Tu mismo defines la novela como “bestia”, ¿a qué te refieres exactamente al utilizar este término?Creo que la novela se sale un poco del guión establecido, al menos de la lectura que suelo frecuentar. He sido muy explícito al usar el lenguaje; hay sangre, ironía, personajes un tanto caóticos y mucha adrenalina. El personaje principal, que es el que cuenta la historia, está hasta los “mismísimos” del mundo, de la sociedad, de la gente, de las normas y de la vida. No tiene pelos en la lengua. Su modo de contar la historia es un poco salvaje y cruel con ciertas cosas. Creo que para muchos (la gran mayoría) puede ser una historia brutal en cuanto a situaciones y lenguaje, de ahí lo de bestia.
Para mi gusto es bestia…  
¿Qué significa para tí “Basura no compartida”?Es algo simbólico. Todos somos papelera y hoja en blanco; nos gusta compartir nuestros logros (aunque a algunos les gusta más restregarlos por la cara de los que tiene enfrente o al lado) y descargar nuestra basura emocional en unos oídos ajenos. La basura no compartida es todo aquello que no se cuenta; son las vivencias que no se comparten y no se saben definir como algo grandioso o mierdoso. Son las vivencias que se convierte en cicatrices eternas.  
Además de la literatura hay otra pasión que seguro te ha quitado el sueño en más de una ocasión. Me refiero a tu contacto con la música, ¿qué hay de musical en tu obra?La música forma parte del hilo conductor de la novela, que está cargada de referencias musicales; tiene su propia banda sonora. Aconsejo leer el libro mientras se escuchan los temas, sobre todo las partes concretas en las que hay una referencia (le ofrece otro aire).
Dato: siempre escribo con música, y casi siempre Rock.
En “Basura no compartida” hay referencias muy claras a la famosa película “Pulp Fiction”, ¿qué otras referencias cinematográficas impregnan tu escritura?Cerdos y diamantes; El club de la lucha; revolver; Lock, stock and two smoking barrels; Uno de los nuestros; Memento.
No sé, supongo que uno siempre está algo influenciado, aunque tampoco me preocupa.  
El lector que coja tu novela entre sus manos se enfrentará a un descenso a los infiernos muy particular. Se trata de una mirada al inframundo que son los suburbios de una gran ciudad como es Madrid, ¿qué inframundos te preocupan por encima de todo?Los altos inframundos y las alcantarillas de la gran cúpula de poder me preocupan mucho. Creo que el pueblo y sus cajones sociales son una pieza muy “poco valorada” dentro del puzle capitalista. Me inquietan los anillos de oro que no se ven, los dedos gordos y robustos que manejan la economía. Pero dentro de la ficción es un tema que no me atrae, prefiero seguir hablando de las personas reales, de los que buscan la felicidad, de los marginados… 
Tu novela ahonda en lo mundano, tantas veces frecuentado por Charles Bukowski, ¿qué relación mantienes con este autor? ¿Y con lo mundano?Existen cierto periodos en los que me paso a Bukowski (es algo cíclico delde mi adolescencia). Él me transporta a lugares maravillosos para mi cerebro; disfruto leyendo e introduciéndome en esas historias caóticas, tiernas, ácidas, mundanas, bestias y reales. Su visión me es muy cercana. Es un autor único.
En lo mundano está el abanico emocional más brutal que existe, al menos para mi gusto. Me he criado en circunstancias especiales, y quizás sea lo mundano lo que más me abraza.  
Hay un personaje en la novela que sorprende, se trata de “La Sombra”, ¿crees en las bondades de las personas oscuras?Creo en sus bondades pero no comparto sus actos oscuros. Es un tema muy complejo, me atrae mucho. Todos tenemos un lado oscuro, y por el contrario, los oscuros tienen un lado bueno. Es una espiral. 
En cuanto a tu colaboración en la revista de creación digital “El Globo Sonda”, ¿te proporciona aires nuevos?Aires nuevos, libertad creativa y buena gente. En El Globo Sonda he encontrado humildad y afán de superación. Cuando escribo para la revista me siento parte del pastel –algo muy importante en los tiempos que corren–. 
Y para finalizar, ¿en qué proyectos andas liado últimamente?No paro de escribir: estoy ultimando una recopilación de relatos, terminado una nueva novela, escribiendo para “El Globo”, concluyendo un poemario, pensando a marchas forzadas y sobreviviendo, que es el mayor de los proyectos.

No me gustaría terminar la entrevista sin despedirme: ¡Hasta pronto!



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