jueves, 23 de junio de 2016

Irreverencias sin amueblar IV





Las imágenes que regalo son desalentadoras,
soy consciente de ello, lo tengo en cuenta.
Pero eso no me convierte en peor persona.
La poesía me llena de una forma salvaje,
creando en mi interior tornados y tormentas
de palabras convertidas en versos irreverentes.

Mi naturaleza reversible regala sonrisas, chistes,
algarabía descontrolada y cinismo barato.
Nada que no se pueda rematar con fuego y gasolina.



 

2 comentarios:

  1. La verdad es que rematar una frase con gasolina y fuego nunca está de más. Abrazos, brother.

    ResponderEliminar