jueves, 21 de abril de 2016

Puñaladas de realidad






Aviso: en este momento me hallo inmerso en un lapso de introspección repentina y mis recursos expresivos están limitados.
    Observo mi océano mental y, flotando como pedacitos de excreciones, solo encuentro improperios desagradables y frases soeces. Resulta difícil conectar el modo orador profético estando en este estado. Aun así lo intentaré (puristas: cierren la página, por favor). En este momento pienso en lo gilipollas que es la mayor parte de la población del Primer Mundo. Intento buscar otra palabra para describirlo, alejada del sustantivo gilipollas, pero creo ya os he hablado de ese océano repleto de improperios marrones y frases desagradables. Como locución de apoyo podría decir que estoy rodeado de personas, en su mayoría, incapaces de comprender (suena flojo). Seres de mente doblegada y principios fuera de cobertura en este momento. Son el bifidus inactivius de la masa neuronal global (chiste malo). Ovejas en busca de pastor (muy típico).
    Puñaladas de realidad, introspección repentina, qué más da.
    Pienso en los oportunistas de mierda que coleccionan gilipollas e intento sustituir “de mierda” por otra cosa. Podría decir que los oportunistas son hienas en busca de carne humana (hombres comiendo hombres muertos). Son los basurópteros de la inmundicia urbana (chiste malo nº2). Antiguos caciques transformados en anarco-amos-imperiales.  
    La introspección repentina es como la combustión espontánea.
    Pienso en la Muerte. Llevo años pensando en la Muerte. Llegué a creer que la Muerte me perseguía, pero no era cierto. Ella me acompaña, se siente arropada estando a mi lado (me invita a copas y me enseña los pechos). La soledad, el hastío, la suma interminable de jornadas de trabajo (la Muerte está agotada). ¿Alguien pensó en ella alguna vez? Su vida es una auténtica porquería. Es un esqueleto errante vestido de negro.
    El telediario es el cuchillero de la realidad.
    Las noticias son puñaladas.
    Pienso en los porqués de este involutivo mundo social. Hijos de puta todos (exposición soez de mis emociones). Debería desaparecer la raza humana. Y lo hará, pues en algún lugar del globo terráqueo existe un cuadro de mando con dos cerraduras (detonador nuclear, para los amigos). Pero eso no es todo. Perdidos entre la multitud hay dos hombres con dos llaves, ¿dónde? Solo ellos lo saben. Si por un instante de pasión extrema esos dos hombres enloqueciesen y les diese por meter las llaves en las cerraduras, sonreírse mientras se masturban el uno al otro y activar el mecanismo, todo se iría por la enorme taza del váter del Sistema Solar. Joder, no podemos depender de algo así, sin embargo, así es (Aviso: metáfora a 50mm).
    La foto de un niño muerto es el chantaje emocional más rastrero.
    Una puñalada de realidad: punto para el equipo de los idiotas.
    En este momento de introspección repentina tengo limitados los canales comunicativos. Solo pienso en cosas horribles. La oscuridad me posee. Nada me parece bien. Quiero estar solo para siempre. Pudrirme en el silencio más absoluto y desaparecer. Pero no confundáis. Morir no entra en mis planes. Soy una bestia, y las bestias no mueren, simplemente dejan de estar cuando se las necesita.
    En mi mano hay un cuchillo. Me gusta apuñalar realidades y desvariar a la luz de la luna. En mi mano hay un cuchillo. Aléjate de mí. Deja de leer las visiones líricas de un loco. En mi mano hay un chuchillo…  

sábado, 9 de abril de 2016

El señor oscuro





Una flecha de silencio atraviesa mi mente. Tras ella, un rastro de fuego anaranjado que funde el asfalto neuronal.
Siguiendo el trazo llegamos a un infierno repleto de almas pútridas, demonios huidizos y concubinas del atávico y acechante señor oscuro.

Miles de edificios en ruinas, antaño esplendorosos, se alzan chorreantes de sangre y fluidos de origen desconocido. De las ventanas emergen cuerpos convertidos en etéreos sujetos infernales: ideas muertas, antiguos recuerdos.

Los sujetos etéreos gritan despavoridos. Chillan. Las frecuencias de sus voces se unen en un bullicio estridente y soez. Es la música de las tinieblas, el sollozo de un perdón transformado en prostituta asexuada, carente de seña identificativa, la cual, te hará pagar por sus umbrosos servicios.

El ángel exterminador tampoco tiene sexo, y está al otro lado de la calle, como una sombra carente de cuerpo, a la espera de engullir a los falsos profetas, a los descerebrados, a los esclavos voluntarios, a los hijos de la conformidad…

Ha comenzado una cruel guerra. Cientos de flechas de silencio se cuelan en el infierno urbano de mi mente, ardientes todas ellas, dispuestas a terminar de una vez con mi existencia. Los arqueros de la discordia están al otro lado, frente a mis ojos, en el mundo gris de la fatalidad, tan idiotas como lo fueron sus padres y los padres de sus padres. Comandados por la estupidez.

El señor oscuro ocupa su trono de acero fundido. Indiferente. Dispuesto a ingerir el fuego de la discordia, para así avivar las llamas de la urbe infernal que rige. Para él no existe tal guerra.

Pero ellos, los arqueros, reflotan en el fango de ignorancia, y siguen lanzando fuego, y siguen recibiendo órdenes, y siguen marcando el final de sus tediosas vidas.

No existe el campo de batalla. Todo forma parte del infierno. Un lugar yermo cargado de imágenes aterradoras.

Los esqueletos de piedra caminan por las derruidas aceras. Algunos aún poseen pedacitos de carne consumida entre las costillas. Portan estandartes, viejas señales que ya no significan nada, y se retuercen de dolor. Ellos fueron arqueros una vez, hace mucho tiempo.

Las legiones lóbregas esperan la llamada del juicio final. Permanecen en silencio, atentas, alzando los filos romos de la crueldad más aplastante, ocultas en la trastienda del horror.

El rostro del señor oscuro es una sombra interminable, una amenaza envuelta en magma. Emite susurros, infrasonidos que hacen temblar los derruidos cimientos de la moralidad del mundo gris. Y os está esperando…




domingo, 3 de abril de 2016

Inmundicia evolutiva





Como portadores del raciocinio tenemos una responsabilidad mucho más grande de lo que pensamos. No debemos quitarle hierro a los asuntos que nos están aconteciendo. Mueren personas a diario, de forma violenta. Y no hay nada más importante que la vida, eso es un hecho al que no podemos dar la espalda. No importa el cómo, solo digo que hay que reconducir nuestros impulsos y acabar con ese afán de control que poseen los machos ALFA del status quo. No somos corderos indefensos, pero podemos serlo, todo depende de nosotros.
    Pero qué digo. Todo en sí mismo es una controversia. En especial la evolución del pensamiento social y su reflejo, convertido en comentario, post, tuit… y lanzado de forma arbitraria a eso que llamamos REDES SOCIALES (turbiedad latente de la doble moral). Muchos de esos comentarios (opiniones fugaces que nos representan como especie) son lamentables, fruto de la ignorancia, de la discordia, de la estupidez. Siento aversión.
    Controversia. Sucesos antagónicos a la felicidad. Caminos repletos de alambre de espinos. Guerras. Venta de armas. Escuelas de odio.
    ¿De qué nos sirve ver cómo avanza la ciencia?
    Pronto colonizaremos nuevos mundos: Marte está próximo.
    Pero todo da igual. Somos nuestro propio adversario, los tipos del otro lado del espejo. Enemigos del avance global y la educación.
    ¿Cómo?
    La ciencia progresa por varias sendas al mismo tiempo, ajena, y no tan ajena, a las muertes, a los atentados, al terrorismo empresarial y al extendido militarismo que nos domina como si no hubiesen pasado los siglos para la humanidad…
    Inmundicia evolutiva: Homo sapiens.   
    Queremos convertir la Luna en una mina, agujerearla y explotar los beneficios de su vientre al máximo, mandar allí el progreso se ha convertido en una carrera capitalista, comandada por los grandes cerebros del ya desarrollado y firme Neoliberalismo Económico (Totalitarismo-económico-social, más bien). Y eso no es todo. Elaboramos vacunas y otros fármacos, no en nombre de la inmortalidad, sino a favor del dinero. Contaminamos nuestro entorno a favor de un bienestar falso; nos recluimos en edificios de hormigón y acero que funcionan gracias a la destrucción, extracción, perforación... Somos un bucle de errores; un ente plural, singular y metafísico capaz de engullir la materia. Somos una especie brutal en todos sentidos, para bien, para mal y para peor. Siempre con los ojos fuera de nosotros mismos, ajenos a la barbarie, dispuestos a llorar o carcajear (según el grado de psicopatía de cada uno) frente al televisor cuando en los noticiarios emiten vídeos que muestran la deshumanización descontrolada a la que estamos sujetos. Sangre, sangre y más sangre. Niños muertos (risas y aplausos de trasfondo dependiendo del lugar de los hechos). El enemigo debe morir. Bombas. Olor a pólvora. Muerte y más muerte.
    ¿Dónde queremos llegar? ¿Existe realmente el miedo o es un invento? ¿Preferimos matar o es preferible amar? ¿Empuñar un arma o sentir a nuestro lado el cuerpo desnudo de otra persona? La controversia sigue comandando las encuestas.
    Nos posicionamos, unos a favor y otros en contra, pero, ¿de qué estamos hablando? ¿Existen realmente varios frentes? Yo creo que no. Cuando un asesino hace de sí mismo y ejecuta a una persona, al margen de quién maneje sus hilos, no existe nada más que un posicionamiento, y éste tiene que estar del lado de la vida, sin importar dónde se halle. No existe nada más trascendental que preservar la vida y alimentar el espíritu humano. Avanzar en grupo o en paralelo a la masa, no voy a imponer una consigna curativa, solo digo que no se debe interferir de forma negativa en el desarrollo positivo. El resto son fundamentos ridículos que subyacen tras los mundos de la doble moral humana. Pondré un ejemplo de lo más crudo y salvaje, para entendernos: si no quieres que entren en tu país, instala nidos de ametralladora en tus fronteras y mata a todo el que lo intente; mánchate directamente las manos de sangre y déjate de fundamentalismos estúpidos, deja de sembrar odio en las mentes dormidas y ahógate en la bañera de tu casa; solo así te dejarás ver como nación o grupo o ente esquizoide (la historia me da la razón), y entonces los demás obraremos en consecuencia, mostrando indiferencia y bloqueando dichas acciones para siempre (solo el mal supremo es capaz de unir a los hombres). El método actual solo genera odio, rechazo, miedo a lo desconocido y muerte. El enemigo invisible crece en la sombra del desconocimiento mientras la sociedad se envenena con telebasura, sensacionalismo barato y mentiras partidistas.
    No debemos olvidar que vivimos en una sociedad que aniquila la empatía y crea lerdos que se sienten identificados con etiquetas producidas a gran escala. ¿Seres únicos con un enemigo común? No, todo lo contrario: autómatas descerebrados que combaten contra un enemigo al que no conocen (porque no existe, claro). Cuando alguien mata deja de ser un humano y pasa a convertirse en un ser sin alma, sin principios, sin camino que recorrer. No podemos sentirnos únicos llevando una etiqueta. No existe el ser único, es una utopía, la mayor de todas ellas.
    ¿Queremos colonizar otros planetas siendo la Tierra un cuadrilátero caótico de razas, culturas, etnias, grupos religiosos extremistas y seres clonados, analfabetos e incapaces? ¿Qué vamos a hacer? ¿Bombardearnos de planeta a planeta cuando llegue el caso? ¿Acabar con la evolución de un plumazo? ¿Creernos todo lo que vemos y leemos? Hay que cambiar el rumbo de las consignas globales, buscar en el interior de nuestras almas y seguir avanzando dejando a un lado la decadencia.  
    ¿Somos dueños de nuestras emociones o realmente sentimos lo que nos hacen sentir? Ahí lo dejo.
    Por mi parte seguiré mi camino de forma libertaria. No pretendo ser un obstáculo para nadie, sino todo lo contrario. Soy la autopista de mis sueños.