jueves, 21 de enero de 2016

Garras de metal





Los escarabajos de acero suben por mi cuello
y taladran mi cráneo.
Veo al gobernador biomecánico,
quiere implantarme unas garras de metal
con veneno en las uñas.

La mente humana nació en un abismo.

Los sentidos normales se aturden
cuando vives en una dimensión mental
desconocida para muchos congéneres.
Viajas a mundos imaginativos, recónditos;
desapareces la ecuación principal.

La podredumbre interna no se hereda.

Puede que el tema de las garras de metal
sea una patraña producto de mi enfermedad mental,
no lo niego. Sin embargo, es mi deber avisar:
huye, corre,  aléjate de las garras imaginativas
del gobernador biomecánico.

La sociedad es un cerebro enfermo.

lunes, 18 de enero de 2016

Alambradas y muros



(elucubraciones irreverentes)



La bestia se abre paso. Desbalaga sentimientos, rompe barreras irracionales y cava una zanja del tamaño de un alma.

Nunca murieron las ganas de quemar el mundo.
No existe el límite. Todo es metafísico.
Sobran las parrafadas esperanzadoras y ñoñas.

Llevo un plano del infierno tatuado en la espalda. La bestia lo ha visto. Ya no sirve de nada el billete de vuelta; las baldosas amarillas se derriten con el paso del tiempo.

El cementerio de almas crecerá sin remedio. Así lo dictan las normas no escritas (si necesitas más información: olvídame y sigue tu camino.)

Alambradas mentales y muros sociales; burocracia para humanoides infectos; barricadas repletas de proclamas; logos y más logos de empresas.

El fin del mundo comenzará en las cárceles unipersonales.   

La libertad es una bestia: la bestia desnuda del valle de las sombras.

Cierro los ojos y conecto con el surrealismo. Divago. Me pierdo entre corrientes creadas para ineptos. Desaparezco.

Si este texto lírico tuvo alguna vez un orden fue porque la realidad no existe (aclaro: creíste sentir cierto orden, pero era algo ilusorio). Estás en el caos, dentro de mi propia prisión. Caminas por el único infierno que conozco.

La bestia rebasa el límite de la realidad ficticia; y excava. Rompe los muros, desfragmenta las alambradas y pisa fuerte sobre el asfalto del único entorno hostil conocido.

Tu alma ya tiene nicho…