miércoles, 24 de junio de 2015

Momentos sueltos





















Nos gustaba jugar a videojuegos en la terraza. Era pleno verano, sudábamos, estábamos en paro y todo nos daba igual. Podíamos pasar horas en aquel balcón de mala muerte, tomando cerveza, fumando y riendo a carcajadas. Es cierto que nos sentíamos distintos y apartados. Nuestro lugar se hallaba muy al margen de la cruda y aburrida realidad. Éramos enemigos del sistema, orgullosos enemigos de la sociedad.




sábado, 20 de junio de 2015

Dieciséis





Busco infiernos que no existen;
revuelvo en los callejones, en la chatarrería que hay detrás del colegio, entre la porquería de los contenedores.
Habito un cráneo vacío y desértico; soy un cubo negro, uno de esos recipientes utilizados para arrojar la basura, la única diferencia es que mi interior está codificado, soy un selecto aparato hueco.
Las ratas blancas de ojos rojos bailan al son de los tambores del opio; están relajadas y listas para drogarse; son el auténtico desperdicio de esta embaucadora sociedad.
No puedo seguir escuchando las mismas voces, necesito saltar al vacío, necesito un cambio de guion.

Busco infiernos que no existen;
huyo, examino y no encuentro, nado a contracorriente día sí y día también, avanzo sin mirar atrás, me siento a descansar y fumo, camino a tientas y prendo la antorcha. 



martes, 9 de junio de 2015

Irracional e irreverente visión de la falsa realidad







Esa fatalidad perenne desaparece. Esa mentira se disipa. La emoción interna se transforma en sobresalto de incredulidad.

Aparecen personajes hercúleos ofreciendo soluciones para asesinar al monstruo y salvar al pueblo de la quema. Sin embargo, nadie nos habla del bicho al que deseamos eliminar. Solo existe la vacuna, nada más.

Esa fatalidad perenne no desaparece porque sigue siendo perenne. La mentira simplemente se ha disfrazado de verdad. Y la emoción sufre, transmuta, se convierte en gusano y muere.

Pactan los caballeros con los demonios, los demonios con los ángeles y los ángeles buscan a un Dios ilusorio y nada presente.

Soy fatalista, lo sé; el conflicto nunca dejará de atormentarme.
Creo en la mentira como en cualquier otra forma de verdad.
Y en lo que se refiere a los sentimientos me declaro libre de cargos.

Los monstruos están aquí por el mero hecho de que alguien les creó. Y por su propio bien se mantienen al margen, ajenos a las quemas cíclicas. No quieren intervenir, no fueron creados para luchar o masacrar de una forma física. El problema son sus defensores: los ególatras trajeados.

Fatalidad, divino tesoro disfrazado de mentira emocional.


(Dr. Irreverente@return-f.t.w)



lunes, 1 de junio de 2015

Artículo relacionado con "Óxido" y Daniel Aragonés, por Carlos Candel

Publicado esta semana en la revista digital El Globo Sonda aparece un artículo, de lo más original, por cierto, relacionado con la tercera novela de J. Daniel Aragonés Cuesta: "Óxido".
    Carlos Candel, escritor madrileño, nos habla un poco del autor, de su obra y de lo que nos podemos encontrar al navegar por las fangosas aguas del pantano.

Óxido: un lugar entre el terciopelo y la lija